Sus playas, paseos culturales y gastronomía transforman a esta hermosa ciudad argentina en uno de los destinos preferidos de los chilenos para visitar el país trasandino. En esta nota, descubre los mejores circuitos para conocerla en tres días, aprovechando el viernes libre que nos ofrece Semana Santa.
A orillas del Océano Atlántico, en la vecina Argentina, una ciudad despierta cada día para recibir a sus turistas. Mar del Plata es una perla que brilla y encanta con sus playas y leyendas, fascinando a miles de chilenos que la visitan año a año.
Esta localidad fue refugio de grandes artistas plásticos, músicos y escritores; y tiene mucho que ofrecer para quienes decidan visitarla. Por ello, si aún no tienes un panorama para Semana Santa, aquí te dejamos los mejores recorridos para disfrutar de Mar del Plata en tres días.
DÍA 1: LAS POSTALES E ÍCONOS ARQUITECTÓNICOS DE MAR DEL PLATA
La mejor manera de empezar el recorrido por Mar del Plata es en uno de sus íconos: los lobos marinos del monumento histórico, donde la foto es el souvenir más típico e infaltable. Sobre la costanera de Playa Bristol, se alzan estas dos inmensas esculturas, de seis metros de alto, que están esculpidas en piedra y que abren paso a las escalinatas que conducen al mar.
Detrás de los lobos, el paisaje característico lo terminan de pintar los emblemáticos edificios del Hotel Provincial y el Casino Central, uno de los más famosos de Argentina, que fue inaugurado a fines de la década de 1930.
Muy cerca de allí, la Catedral de los Santos Pedro y Cecilia es otro atractivo imperdible, que fue construido entre 1892 y 1905, con las donaciones de las familias que veraneaban en la ciudad. Con su imponente estilo neogótico, este Patrimonio Histórico Nacional se destaca en la Peatonal San Martín.
Por último, disfrutar de una caminata por su costanera, a orillas de las aguas del Océano Atlántico, también es un imperdible. Si se fija rumbo hacia el sur, el edificio Torreón del Monje sorprenderá con su arquitectura. En este hermoso castillo, construido en 1904, se pueden degustar de la exquisita gastronomía local, con vistas panorámicas del mar, desde su terraza o salón.
A pocos metros de allí, en Falucho y Mendoza, la Torre Tanque es otra joya de la arquitectura. Inaugurada en enero de 1943 con estilo tudor, tiene 88,4 metros de altura y un mirador ubicado en los 74,75 metros, desde los que se puede apreciar Mar del Plata en todo su esplendor.
DÍA 2: ENTRE EL PUERTO Y LA NATURALEZA
Visitar el puerto de Mar del Plata puede tomar un día entero, por todos los atractivos que hay en el camino. Desde el centro de la ciudad, bordear la costa es un paseo en sí mismo, para disfrutar del océano que baña las playas. Playa Varese, Cabo Corrientes -el punto más oriental de la costa marplatense en el Atlántico- y los miradores de las escolleras Norte y Sur son infaltables.
Casi llegando a destino, la Reserva Faunística de Lobos Marinos es parada obligada para conocer a los cientos de ejemplares machos de un pelo, que permanecen en este espacio protegido entre febrero y octubre, ya que a partir de noviembre se retiran hacia otras costas para reproducirse.
El último punto antes de la parada final es la Reserva Natural Puerto Mar del Plata, donde se
preservan aves, peces, reptiles, anfibios y mamíferos. A través de una pasarela de poco más de mil metros de largo, en este oasis urbano se pueden ver cisnes de cuello negro y especies amenazadas, como la gaviota cangrejera.
Unos pocos metros más allá se llega al Puerto de Mar del Plata, donde los barcos pesqueros dan color al paisaje. De más está decir que en los restaurantes de la zona probar los pescados y mariscos es llevar la experiencia a otro nivel. Conos de cornalitos, rabas, calamares, gambas al ajillo o pastas rellenas de salmón blanco son algunas de las propuestas gastronómicas.
DÍA 3: MAR DEL PLATA CULTURAL
Nadie puede irse de la Perla del Atlántico sin visitar algunos de los espacios donde se respira la cultura de Argentina. Uno de ellos es el Museo de Arte Juan Carlos Castagnino, en la Villa Ortiz Basualdo. Además de apreciar obras del reconocido artista marplatense, se pueden conocer las costumbres de los primeros turistas de la ciudad, con una muestra permanente del mobiliario original de la residencia.
Otro de estos lugares emblemáticos cuenta parte de la historia del renombrado bandoneonista Ástor Piazzolla por su ciudad natal. Se puede ir tras sus pasos en el teatro Odeón, donde escuchó por primera vez a Carlos Gardel en vivo, en la Academia Dan.
En el antiguo chalet de la calle Matheu todavía resuenan las voces de Victoria Ocampo, reunida con Jorge Luis Borges, Bioy Caseres, Gabriela Mistral y otros grandes escritores. En la residencia de estilo inglés, donde la familia Ocampo disfrutaba sus veranos, el Centro Cultural Victoria Ocampo hoy repasa la historia de la artista y su paso por este lugar, con muestras permanentes y temporarias.
Finalmente, la concluir el recorrido de tres días, la cultura se vive también en el Museo de Arte Contemporáneo o MAR, donde un inmenso y brillante lobo marino cubierto de papel de alfajores recibe a los visitantes que se acercan a disfrutar de las diferentes muestras. Pero si lo que se busca es historia, el Archivo Museo Histórico Roberto T. Barilli Villa Mitre es el lugar indicado. En sus salas se reconstruyen las diferentes épocas de Mar del Plata a través de elementos como mapas, planos, libros y fotografías.
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